¡Una receta para chuparse los dedos!
Hace algunas semanas os hablábamos sobre las flores comestibles y os anunciábamos que pronto os enseñaríamos alguna receta para cocinar con flores. Bien, ¡Pues aquí está, hemos encontrado una receta muy, pero que muy dulce, que hará que te chupes los dedos!
Antes de ponerte a elaborar recetas donde las flores sean las reinas de la cocina, debes saber donde puedes adquirir este tipo de flores:
- Cualquier floristería es el lugar perfecto para comprar tus flores comestibles (antes de adquirirlas debes preguntar si están libres de pesticidas y productos químicos).
- Tiendas de alimentos gourmet
- Mercados de agricultores
La receta de cocina que vamos a elaborar hoy la encontramos en este blog y recibe el nombre de “Lavander Cheesecake”, ¿ya os imagináis por donde van los tiros no? Solo de pensarlo, se me hace la boca agua.
En concreto esta receta es para realizar 2 unidades:
Ingredientes principales
- 4 flores frescas de lavanda
- 1 hoja de acetato tamaño DinA4 cortada por la mitad
- 2 aros de emplatar de 4.5×10 con 4.5 de altura
Para cocinar la base de galletas necesitaremos:
- 80 gr. de galletas (Yo he usado galletas María pero se usará la que guste a cada uno)
- 40 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
- 1/2 cdta. de lavanda seca (en herbolarios, para infusiones)
Para realizar la parte central de nuestra Cheesecake precisaremos:
- 150 gr. queso en crema
- 30 gr. azúcar
- 75 gr. chocolate blanco
- 150 ml. nata
- 1 cda. agar agar
- 40 ml. agua caliente
La parte superior de la tarta es una gelatina en la tendremos que tener los siguientes ingredientes:
- 220 ml. agua
- 10 gr. azúcar
- 2 cdas. agar agar
- 1 cda. de limón exprimido
- 1 poco de colorante lila (la punta de un palillo de dientes es ideal ya que solo queremos darle un ligero toque de color)
¿Ya tienes todo? ¡Pues pongámonos manos a la obra!
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Colocamos las flores de lavanda en un recipiente con agua y unas gotas de limón.
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En cada aro que tenemos para emplatar debemos poner las dos mitades de acetato que hemos cortado previamente y sobre un plato lo metemos en el frigorífico.
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Para hacer la base de galletas lo ideal es colocar las galletas en una bolsa (de congelados, por ejemplo), cerrarla y pasar con el rodillo sobre ella. Cuando ya veamos que es como una especie de miga, lo metemos en un bol junto con un poco de lavanda seca (no debes pasarte), mantequilla y mezclamos. La masa que resulta la dividimos endos y la colocamos en los aros de emplatar que teníamos en la nevera y lo dejamos otra vez en el frigorífico.
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Para hacer la chessecake, debemos colocar la nata, el queso en crema, el azúcar y el chocolate sobre una pota a fuego. Por otro lado, al agua que ya teníamos que calentar previamente le añadimos el agar agar, disolviéndolo bien y cuando ya este lista lo mezclamos con lo que tenemos en el cazo. Comenzamos a remover y cuando empiece a hervir lo retiraremos del fuego. Cuando la mezcla resultante este tíbia la debemos repartir entre los dos aros de emplatar y la volvemos a meter en la nevera.
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El último paso de la receta es hacer la gelatina. Para cocinarla debemos poner una cazo a fuego con agua y colorante (muy poco). Cuando la mezcla este caliente, le añadimos azúcar y el agar agar. Cuando comience a hervir debemos retirarla del fuego. A continuación, debemos dejar enfriar un poco y añadirle el limón. Para emplatar no hay que esperar a que este fría del todo, cuando comencemos a ver que la gelatina coge consistencia, la repartimos en los dos aros y le añadimos las flores que quedarán cubiertas por la gelatina.
Y fín, en 4 horas ya podréis disfrutar de esta tarta con sabor a lavanda 😉