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Regalar flores siempre encierra un sentimiento. Se las damos a personas muy queridas, también por las que sentimos admiración, a las que queremos cortejar o para ratificar nuestro amor.

Incluso sirven para reconciliarnos, despedirnos, hacer una distinción, ofrecer unas felicitaciones o disculpas. Tienen presencia en nuestras vidas desde el nacimiento y hasta la misma muerte.

Además, las flores sirven para decorar y hacer un ambiente más alegre o acogedor. Para muchos son fuente de vida, alegría, armonía e inspiración y mucho más.

Flores secas o frescas: ¿cuáles obsequiar?

Para saber qué tipo de flores regalar, secas o frescas, y qué tipo de especie, es importante tener en cuenta una serie de factores:

  • La intención
  • La ocasión
  • El escenario
  • El perfil de la persona

Estos son aspectos que deben evaluarse antes de regalar flores. Secas o frescas, lo más importante es que sean flores bonitas y que posean un significado.

Quienes las reciban sabrán que se trata de un gesto muy especial, uno de esos que suelen mantenerse entre los mejores recuerdos.

Cualquier día es válido para sorprender gratamente con esta clase de obsequio. A todos les encanta, sean mujeres u hombres, jóvenes o no tan jóvenes.

Rosas, claveles, girasoles… ¿Frescas son mejores?

Las flores frescas embriagan por sus olores y colores naturales. Son unas de las maravillas que nos ofrece la naturaleza.

Rosas, orquídeas, claveles, gardenias, girasoles, todas encierran una especie de símbolo. Y es que, hasta el color, su forma y perfumes naturales son sugestivos en cada una.

Ofrecen emociones que van desde la sensualidad hasta tranquilidad. Pueden ser capaces de evocar momentos ya vividos y atesorar otros nuevos.

Las flores frescas aportan un ambiente de mayor oxigenación e inundan con sus aromas cualquier recinto donde deciden colocarlas. Son belleza pura en su más vivo esplendor.

El momento de las flores secas

La creatividad y los avances en distintas técnicas permiten convertir flores frescas en preciosas flores secas.

De esta forma tienen una larga vida útil y estarán allí para recordar el momento y ocasión en las que se recibieron. Algunas de estas técnicas que se pueden hacer en casa son:

  • Prensado entre periódicos o cartones durante dos semanas
  • Secado al aire libre. Ideal para las flores de tallo largo
  • En el horno y con un sellador floral
  • Con desecante, lo cual tarda unos 5 días

Pueden ir en vanguardistas cestas, como sello de alguna tarjeta o combinadas en armonía con otros elementos aromáticos, también artificiales, llenos de texturas y color.

Significados con aromas y belleza

Regalar flores siempre surtirá un efecto deseado. Es el caso de una rosa, fresca o seca, representa la resistencia de la belleza y su simbolismo perpetuo.

Las flores frescas son una fiesta de aromas para el olfato y compiten por igual con las secas a través de su esencia cromática que penetra a través de las pupilas.

Lo que se quiere demostrar al regalar flores y el sentimiento que este detalle encierra, se relaciona mucho con el color. El rojo puede significar amor apasionado, el azul denota espiritualidad, el blanco es pureza y el amarillo la energía y la libertad.

En resumen, dar y recibir flores es halagador. En el caso de las frescas, esa belleza y todos sus significados se pueden conservar con técnicas que permiten transformarlas en flores secas del mismo esplendor.

De modo que regalar flores despertará, generalmente, reacciones positivas. El lenguaje de cada una se ajustará a su tipo y a su color, sean frescas o secas, siempre que mantengan su esencia y no luzcan marchitas, débiles o rotas.

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